Veamos el siguiente vídeo, para que podamos percibir la importancia de esta problemática en nuestros jóvenes en la actualidad y en nuestro país.
Según
El acto suicida sigue despertando las mismas incertidumbres que hace 2 siglos atrás y esta semana,
La actitud de los individuos ante la muerte no ha sido la misma a través de los tiempos. De hecho, sólo basta revisar literatura para caer en cuenta que es la conceptualización y el simbolismo de la vida y la muerte han ido mutando al ritmo de las sociedades.
Perfiles de riesgo
Pero independiente de las diversas opiniones que despierta la problemática del derecho individual e inalienable a decidir cuándo acaba nuestra propia vida, hay ciertas interrogantes psicológicas que buscan respuestas en la ciencia para determinar cuándo estamos frente a un posible suicida. ¿Basta con generar ideas suicidas para ser considerado uno? ¿Quién esconde una personalidad suicida latente? ¿Por qué? ¿Hay ciertos rasgos que permitan diagnosticar la tendencia y así ayudar a su prevención?
Basándonos en los datos entregados por
¿Y los chilenos?
Nuestro país, no exento de los fenómenos sociológicos mundiales ha experimentado en los últimos 10 años una duplicación en las tasas de suicidio, según las esquivas estadísticas del Ministerio de Salud. Sin embargo, hablar de un aumento deliberado de las actitudes suicidas podrían resultar apresurado, considerando que actualmente muchos más chilenos tienen acceso a tratamientos psiquiátricos que los pone en estadísticas generales. Es decir, la duplicación de las tasas no necesariamente significa un aumento de los intentos suicidas sino que refleja mayor acceso a tratamientos de índole sicológica.
Para la experta en suicidio infanto-adolescente, Lucía Godoy, los principales factores de riesgo en los jóvenes chilenos serían la inestabilidad emocional, tan propia de la adolescencia, la elevada impulsividad y en algunos casos, la incapacidad para pensar realistamente. "Nuestros jóvenes tienen serios problemas para resolver problemas y presentan una gran incapacidad para lidiar con sus sentimientos de frustración, lo que en definitiva les va generando manifestaciones de angustia ante pequeñas contrariedades". Si a esto le sumamos la actitud excesivamente demandante de algunos padres, lo más probable es que algún momento de la adolescencia, el joven presente alguna conducta agresiva contra otros o contra sí mismo, y si estamos frente a este caso la profesional aconseja que ante cualquier manifestación de este tipo, es fundamental promover el diálogo con el joven para hacerlo razonar respecto a su deseo de morir y no olvidar que de cien alertas suicidas más del 70 se concretan.